Ayer ya no pude regresar, pero me revisaron los brazos, se enteraron de todo, mañana me llevan al psicólogo y ahora me tratan como una loca en mi casa.
Esta semana fue demasiado rara (y mala).
Hoy creo que por fin se les ocurrió sacarme de mi cuarto, fuimos al centro ceremonial Mazahua, presenciamos un ritual, era muy notorio que había influencias de demasiadas culturas y religiones y ¿Cómo no? Es difícil preservar algo, los años en sí nos obligan a modificar las cosas, a cambiar, pero está bien, bien por ellos, bien por todos que tienen los que encontraron un motivo para estar aquí, ¡Eso es lo que importa! En fin, a la mitad del ritual se acercó a mí una mujer, me dio miedo porque yo no la había visto, pero al parecer ella a mí sí, me invitó a acercarme más; ¿Se nota tanto que estoy mal?
"Hay que caminar por la vida ligeros".
"El alma sana por sí sola, lo difícil es convencer a la mente".
Luego fuimos al pueblo de mi abuelo.
Un lugar tan tranquilo que no sé cómo es que nos permitimos tanto sufrir aquí.
Bueno, ni a 3 horas de aquí pude olvidarme.
Comí demasiado.
Yo ayer.
Tal vez y reconsidere esa cosa de vivir.
No, la verdad no sé.