Otro día padeciendo de la angustia cotidiana, levantarse a las 5:00, tomar un baño frío y, todavía medio dormida llegar a la escuela.
Se podría decir que el primer error del día fue huír (y no se de qué) Tal vez de la idea de que él está ahí, dejar que ganaran los nervios, permanecer en ayunas y comprar una taza de café.
Las siguientes 3 horas las pasé como acostumbro, ansiosa de verlo, saber donde está (sigo sin poder explicar este comportamiento, tal vez sea para evitar sorpresas, saber cómo actuar y cómo pretender que no pasa nada, poder saludarlo, o irme de dónde esté sin causar alboroto, pues sé que él ignora muchas cosas, ignora que pierdo noches enteras intentando saber más de él, perdí tardes escribiendo cosas que él nunca escucharía, perdí momentos, perdí la certeza de muchas cosas; él ignora mi obsesión disfrazada de amor).
¿Estoy negando el amor?
Las 12:20 pasado el meridiano, dude si debía salir, al final lo hice porque necesitaba comprar más café
Durante mi trayecto a la tienda (llamo trayecto a 60 pasos), encontré a la tutora, me recordó que no podía seguir con ese color azúl en la cabeza, cosa que (otra vez) intenté ignorar, hasta que me dejó seguir. Finalmente (después de 3 minutos) llegué a la tienda, tuve suerte de que al inicio de la fila me encontré a una amiga, quien me compró mi café y me acompañó de nuevo al salón, lo que me lleva al segundo error del día: unos pasos antes de la puerta del salón estaba él, iba tan concentrada en cuidar que mi mano temblorosa no derramara el café, que no lo noté (Y no lo hubiera notado) Si no hubiera escuchado eso ¿Eso? Su voz, repitiendo mi apellido, ¡Llamándome! voltée y lo ví, después de mucho tiempo ví sus ojos, no sé qué pensé, lo único que pude hacer fue ignorar que llamaba, poner mi típica cara de "sorpresa", que a todos les simpatiza y exclamar "¡ay cabrón!" e irme. Ridículo, mi amiga que estaba ahí me dijo que me miró "mal" pero así se supone que soy, sé que le pareció simpática esa reacción, pero tal vez grosera, no importa, como si él no lo fuera. Fui por otro café
"Eres una pendeja por no hacerle caso, tienes su acta de nacimiento y no eres como para hablarle".
Tal vez es una sorpresa lo que necesito
La última clase, educación física, la pasé con la misma angustia de que no me viera, como siempre, lo único que hice fue lo que me obligaron a hacer, cuando me pusieron en el centro, junto con otras compañeras, no tuve otra opción más que fingir que realizaba el ejercicio (consistía en evitar que los demás derribaran unas cajas apiladas) rápidamente derribaron la mayoría, a lo que voy es que tuve una reacción, que después me hizo dudar de cosas: grité "Les hacen falta dos", parece absurdo, patético, nimio, pero el tomo en el que lo hice, me hizo sentir que estaba desviando la atención de que hacía todo mal, de la verguenza, !Me recordó a él!
Eventualmente, la clase terminó. Me fui a casa, aguantando los mareos porque todo lo que consumí en el día fue mucha cafeína y media manzana.
Son las 6:38 p.m, tengo mucho que hacer, pero aquí estoy, escribiendo para tener algo en que basarme cuando intente encontar un por qué, fijarme en los detalles, poco a poco ir entendiendome a mí misma...Creo que hoy también me desvelaré haciendo tareas.
Supongo que el día en sí, fue un error.
Son las 9:47 p.m, regresé aquí porque recordé que entre clases una "amiga" me dijo algo, algo que espero recordar mañana, porque en este momento mi cerebro no podría escribir algo coherente.
Él no ha enviado mensajes, ni visto mis historias desde hace 24 horas, si lo está haciendo voluntariamente, es un gesto de rechazo ¿Qué tanto podría afectarme eso?
Y sí, sigo sin hacer la tarea